Hoy la Iglesia recuerda a un beato obispo asesinado por comunistas por ser fiel a Jesús


La Iglesia Católica recuerda hoy a Mons. Eugenio Bossilkov, beato Obispo de Nicopoli (Bulgaria), asesinado en 1952 por el régimen comunista por su fidelidad a Jesucristo.
Mons. Bossilkov, nació en 1900 e ingresó a la Congregación Pasionista a los 14 años. Profesó sus votos en 1920 y fue ordenado sacerdote dos años después. Realizó estudios en Holanda y en Italia.

En la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética invadió el Reino de Bulgaria, y el régimen comunista hizo todo lo posible por acabar con la Iglesia.

En 1947, Mons. Bossilkov fue nombrado Obispo de Nicopoli por el Papa Pío XII.

A los pocos años, la persecución del régimen soviético contra la Iglesia empeoró. En una carta dirigida al Superior provincial de los Pasionistas, el beato escribió: “tengo el valor para vivir; ¡espero que también lo tenga para sufrir lo peor y mantenerme fiel a Cristo, al Papa y a la Iglesia!”.

En 1952 se realizaron detenciones a autoridades de la Iglesia, entre ellos a Mons. Bossilkov, a quien acusaron de intentar derrocar el régimen comunista y presentaron como supuesta evidencia dos armas.

En prisión, lo torturaron física y psicolígicamente sin éxito para que se inculpara.

Según dijeron los comunistas en la sentencia de fusilamiento, el Prelado “fue entrenado por el Vaticano para actividades contrarrevolucionarias y espionaje”.

Tras ser asesinado, su cuerpo fue arrojado a una fosa común.

El 15 de marzo de 1995, Mons. Eugenio Bossilkov fue beatificado por San Juan Pablo II. En la homilía de la Misa de beatificación, el santo polaco pidió que el testimonio del beato búlgaro infunda “fe y celo en todos los cristianos”.