Nicolás Bunkerd Kitbamrung nació el 28 de febrero de 1895 el en distrito de Nakhon Chaisri, provincia de Nakkon Pathon (Tailandia).
De familia católica, fue bautizado recién nacido y se le dio el nombre de Benito, pero por alguna causa le dijeron Nicolás desde pequeño.
Desde niño frecuentó la misión católica y allí aprendió el catecismo e hizo la Primera Comunión.
A los trece años manifestó su anhelo de ser sacerdote y fue admitido en el Seminario Menor de Bang Xang hasta 1920. Luego se trasladó al Seminario Mayor de Pinang, en Malasia.
Fue ordenado sacerdote el 24 de enero de 1926 y fue destinado al pueblo de Bang Nokkuek. Cuando los salesianos llegaron al lugar y tomaron la misión, el P. Nicolás se dedicó a enseñar catequesis y la lengua local a los nuevos misioneros.
En 1930 fue enviado a la zona norte de Tailandia donde los católicos habían abandonado la fe. La misión pastoral fue difícil porque los poblados se ubicaban en zonas montañosas y de difícil acceso.
Durante siete años, el P. Nicolás visitó casa por casa para alimentar la fe de los cristianos abandonados y, con paciencia, los invitó a regresar a la práctica religiosa en la Iglesia.
En ese periodo el P. Nicolás demostró el extraordinario temple apostólico, su espíritu de sacrificio y su entrega generosa.
En 1937 fue nombrado párroco de la ciudad de Khorat. Allí logró acercar a los fieles alejados de la Iglesia e instalar una catequesis sistematizada para los no cristianos. Se le encomendó también la parroquia de Ban Non Kaeo.
El P. Nicolás fue conocido por su mansedumbre, buena voluntad, una vida piadosa de mucha oración, devoción a la Eucaristía y a la Virgen María.
Tuvo especial preocupación por la catequesis de los niños, a quienes inculcó la piedad y fomentó la vocación sacerdotal o religiosa.
La guerra entre Francia y Tailandia por algunas zonas de Indochina (1940 a 1941) complicó el desarrollo del catolicismo en el país debido a la sospecha que había sobre los misioneros franceses y el recelo hacia los tailandeses conversos al cristianismo, a quienes se les consideró como traidores a su cultura y la patria.
Esto hizo que hubiese persecuciones para que los fieles abandonaran la religión y volvieran al budismo.
En ese contexto, el P. Nicolás tocó las campanas del templo para anunciar la Misa el 12 de enero de 1941. Fue detenido y recluido en la cárcel de Khorat. Luego de pasar por un tribunal militar y comprobada su condición de sacerdote, fue condenado a quince años de confinamiento vigilado.
Al poco tiempo de estar en la celda le detectaron tuberculosis, entonces fue trasladado a la cárcel de Bang Khwang con otros enfermos.
A pesar de las burlas y el desprecio del resto, el P. Nicolás no perdió la serenidad y la confianza en Dios. Manifestó siempre su perdón a sus agresores y aprovechó el tiempo anunciando el Evangelio a sus compañeros de prisión, logrando algunas conversiones.
En la cárcel no recibió tratamiento para la enfermedad con la que convivió durante tres años, hasta fallecer el 12 de enero de 1944.
El P. Nicolas Boonkerd Kitbamrung fue beatificado por San Juan Pablo II en el 2000, siendo el primero en Tailandia en iniciar un camino hacia los altares.
Desde niño frecuentó la misión católica y allí aprendió el catecismo e hizo la Primera Comunión.
A los trece años manifestó su anhelo de ser sacerdote y fue admitido en el Seminario Menor de Bang Xang hasta 1920. Luego se trasladó al Seminario Mayor de Pinang, en Malasia.
Fue ordenado sacerdote el 24 de enero de 1926 y fue destinado al pueblo de Bang Nokkuek. Cuando los salesianos llegaron al lugar y tomaron la misión, el P. Nicolás se dedicó a enseñar catequesis y la lengua local a los nuevos misioneros.
En 1930 fue enviado a la zona norte de Tailandia donde los católicos habían abandonado la fe. La misión pastoral fue difícil porque los poblados se ubicaban en zonas montañosas y de difícil acceso.
Durante siete años, el P. Nicolás visitó casa por casa para alimentar la fe de los cristianos abandonados y, con paciencia, los invitó a regresar a la práctica religiosa en la Iglesia.
En ese periodo el P. Nicolás demostró el extraordinario temple apostólico, su espíritu de sacrificio y su entrega generosa.
En 1937 fue nombrado párroco de la ciudad de Khorat. Allí logró acercar a los fieles alejados de la Iglesia e instalar una catequesis sistematizada para los no cristianos. Se le encomendó también la parroquia de Ban Non Kaeo.
El P. Nicolás fue conocido por su mansedumbre, buena voluntad, una vida piadosa de mucha oración, devoción a la Eucaristía y a la Virgen María.
Tuvo especial preocupación por la catequesis de los niños, a quienes inculcó la piedad y fomentó la vocación sacerdotal o religiosa.
La guerra entre Francia y Tailandia por algunas zonas de Indochina (1940 a 1941) complicó el desarrollo del catolicismo en el país debido a la sospecha que había sobre los misioneros franceses y el recelo hacia los tailandeses conversos al cristianismo, a quienes se les consideró como traidores a su cultura y la patria.
Esto hizo que hubiese persecuciones para que los fieles abandonaran la religión y volvieran al budismo.
En ese contexto, el P. Nicolás tocó las campanas del templo para anunciar la Misa el 12 de enero de 1941. Fue detenido y recluido en la cárcel de Khorat. Luego de pasar por un tribunal militar y comprobada su condición de sacerdote, fue condenado a quince años de confinamiento vigilado.
Al poco tiempo de estar en la celda le detectaron tuberculosis, entonces fue trasladado a la cárcel de Bang Khwang con otros enfermos.
A pesar de las burlas y el desprecio del resto, el P. Nicolás no perdió la serenidad y la confianza en Dios. Manifestó siempre su perdón a sus agresores y aprovechó el tiempo anunciando el Evangelio a sus compañeros de prisión, logrando algunas conversiones.
En la cárcel no recibió tratamiento para la enfermedad con la que convivió durante tres años, hasta fallecer el 12 de enero de 1944.
El P. Nicolas Boonkerd Kitbamrung fue beatificado por San Juan Pablo II en el 2000, siendo el primero en Tailandia en iniciar un camino hacia los altares.