Por la canonización del Cardenal Newman


Miles asisten a vigilia por canonización del Cardenal Newman
En la noche de Roma, miles de fieles visitaron la Basílica Santa María la Mayor para participar de la vigilia de oración por la canonización del Beato Cardenal John Henry Newman, convertido del anglicanismo al catolicismo en 1845.


La vigilia inició a las 7:30 p.m. (hora de Roma) y fue presidida por el Arzobispo de Birmingham (Inglaterra), Mons. Bernard Longley. También contó con la asistencia del Arzobispo de Westminster, Cardenal Vincent Nichols, así como representantes de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri y de la Iglesia de Inglaterra.

Al comienzo de la vigilia se cantó el himno “Praise to the Holiest” y, más adelante, el coro London Oratory Schola realizó un concierto de canto gregoriano y polifonía.El Cardenal Newman será declarado santo junto a otras cuatro beatas en la Misa que se celebrará el domingo 13 de octubre a las 10:00 a.m. (hora local) en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

Otra Misa de acción de gracias por su proclamación como santo se celebrará en lunes 14 de octubre a las 10:30 a.m. en la Basílica papal de San Juan de Letrán.

Emocionado Cardenal propone a Newman para alentar unidad entre cristiano

El Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación de los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, se emocionó al presentar a John Henry Newman, que será proclamado santo este domingo, como ejemplo para alentar la unidad de los cristianos.

El Cardenal Newman, que se convirtió al catolicismo tras haber sido criado como anglicano y que será canonizado el domingo 13 de octubre, constituye un aliento “para el nuevo ímpetu ecuménico hacia la reconciliación y la reconstitución de la unidad católica”, dijo el Prefecto en un evento realizado este sábado en el Vaticano.

“Esta falta de unidad afecta la comunión de los individuos y las Iglesias, y apunta también a la falta de integración de las riquezas doctrinal y espiritual de las Iglesias hermanas y las comunidades eclesiales que siguen separadas de Roma”

“Cardenal Newman: Una celebración” es el nombre del evento en el que participó el Cardenal Ouellet en la Casina Pío IV en el Vaticano.

El Cardenal señaló en su intervención que “considero que el maestro inglés se encuentra a la altura de Doctores de la Fe como Atanasio y Agustín, cuyas vidas fueron confesiones de fe a costa de grandes sacrificios, y que proporcionaron ideas decisivas tanto por sus contenidos como por sus actos”.

Tras resaltar “la profundidad de este hombre de Dios” y “el lugar que ahora ocupa en el catolicismo”, el Purpurado de origen canadiense dijo que “la contribución de Newman, que nos ofrece las cualidades típicas de la cultura inglesa, además de la tradición, nos permite tener una evaluación de lo que se ha perdido durante siglos de separación”.

“El tiempo ha llegado, a pesar de las dificultades en el camino, para promover entre nosotros iniciativas que impulsen el diálogo y la reconciliación para lograr la plena unidad entre los cristianos”, continuó.

La vida y la teología de John Henry Newman, resaltó el Cardenal Ouellet, “nos desafían para examinar atentamente las dificultades internas para la reconciliación, y tomar un mayor interés en otros cristianos para movernos juntos”.

“Esto requiere una conversión de todas las confesiones, comenzando por la Iglesia Romana”, prosiguió el Cardenal y destacó que “Newman le dio un lugar importante a la teología en la Iglesia”.

De hecho, subrayó, “la teología es parte del ministerio profético como la inteligencia de la fe que nos nutre, renueva la predicación y nos da las herramientas para un dialogo evangelizador con el mundo”.

El Cardenal Newman, resaltó el Prefecto de la Congregación de los Obispos “fue un pionero de la teología histórica” y “un profeta del humanismo por su apasionada búsqueda de la verdad”.

En el evento también participó el Cardenal Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, quien destacó “la extraordinaria personalidad humana, teológica y social” de John Henry Newman, “un ilustre hijo de Gran Bretaña”.

“El 19 de septiembre de 2010 tuve el privilegio de participar de la ceremonia de beatificación con el Papa Benedicto XVI. Mañana seré feliz de poder ser testigo de su canonización que concluye un camino en el que se ha evidenciado su extraordinaria cualidad como hombre de Dios y hombre de Iglesia”, afirmó.

“Según el pensamiento de Pablo VI, Newman se encontraba invisiblemente en el centro del (Concilio) Vaticano II. De hecho, él estuvo fielmente presente con su enseñanza, algo que se percibe en algunos documentos. Recuerdo aquí principalmente la declaración Dignitatis humanae, donde se acoge el primado de la conciencia en la búsqueda de la verdad”, prosiguió.

El Concilio Vaticano II fue el evento eclesial y mundial más importante del siglo XX. Lo impulsó el Papa San Juan XXIII para buscar el “aggiornamento”, es decir la actualización de la Iglesia para acercarla al mundo actual. Comenzó en 1962 y se dividió en cuatro etapas. Participaron en alrededor de dos mil padres conciliares de todo el mundo.

“Hoy la Iglesia Católica reconoce no solo la importancia de su pensamiento eclesiológico sino también la importancia de su santidad de vida”, concluyó el Cardenal Filoni.

9 razones por las que el Cardenal Newman debe ser venerado por todos los católicos

Si bien el Cardenal John Henry Newman es conocido en Inglaterra y varios países de Europa, en otras partes del mundo, como Latinoamérica, aún no cuenta con gran número de devotos. Por ello, el siguiente artículo presenta 9 razones por las que el futuro santo debe ser venerado por todos los católicos.

En una columna de opinión en el National Catholic Register, el P. Roger J. Landry, sacerdote de la Diócesis de Fall River (Estados Unidos), explica las razones.

1. Porque era un valiente defensor de la fe católica
El P. Landry explica que el Cardenal Newman “era un hombre extraordinariamente valiente que estaba dispuesto a sufrir por la verdad y pagar el precio por convertirse en católico, algo que condujo a la pérdida de puestos prestigiosos y la alienación de varios amigos y familiares”.

Además, dijo que durante la mayor parte de su vida adulta, el futuro santo “tuvo que perseverar a través de batallas políticas realmente desagradables en la academia, en las iglesias anglicanas y católicas, así como en la sociedad británica”.

El Cardenal Newman “nos ayuda no solo a comprender el costo del discipulado, sino que también nos muestra cómo pagarlo con confianza, a pesar de los sufrimientos humanos”, acotó.

2. Porque fue amigo verdadero para las personas que lo rodeaban
“Tenía una tremenda capacidad de amistad y era un amigo fiel de docenas, tanto hombres como mujeres. Hizo tiempo para amigos: los acogió, viajó con ellos, los consoló después de la muerte de sus seres queridos. Antes de los teléfonos, correos electrónicos y mensajes instantáneos, era un prodigioso y rápido escritor de cartas cuyos amigos atesoraban”, dijo el sacerdote.

El P. Vélez piensa que si el Cardenal Newman alguna vez es declarado Doctor de la Iglesia, sería apropiado que reciba el título de Doctor amicitiae, “el maestro de la amistad”.

3. Porque fue gran educador y transmisor de sabiduría
El presbítero comenta que el Cardenal Newman “es un maestro magnífico que lleva a los estudiantes a la sabiduría” y que “hay una razón por la cual la mayoría de las capellanías católicas en las universidades seculares se llaman centros Newman”.

“En su libro Idea of a University se trazó una filosofía educativa que es un correctivo útil para los enfoques educativos de hoy. Además de ser un famoso tutor en Oxford y fundador de la Universidad Católica de Irlanda, también fue maestro de maestros, comunicando a través de su propia beca”, agregó.

4. Porque fue un gran tutor para la oración
“Él es un profundo tutor de oración. El lema que eligió cuando el Papa León XIII lo convirtió en Cardenal fue cor ad cor loquitur, ‘corazón habla al corazón’, lo que expresa el diálogo íntimo que debe suceder en la oración”, dijo el P. Vélez.

El Cardenal Newman nos permite entrar en su propia oración a través de las oraciones elocuentes que nos dejó, añadió.

5. Porque cumplía con su vocación y a la vez era buen académico
“Era un pastor devoto. Tanto como sacerdote anglicano, y más tarde como católico, priorizó a los enfermos y a los pobres, solícitamente haciendo visitas a domicilio, consolando a los afligidos, visitando a los encarcelados. Sus deberes sacerdotales no eran una distracción para su trabajo académico, sino el corazón de su vida y su principal identificación. Era el tipo de sacerdote atento que todo católico fiel desea y merece”, comentó el P. Vélez.

6. Porque promovió la santidad de los laicos
El sacerdote norteamericano destaca que el Cardenal Newman fue un “ardiente promotor de la vocación a la santidad de los laicos”.

“Desafió a los laicos de su tiempo, precisamente porque sabía los dones que Dios les había dado, para convertirse en aquellos que ‘conocen su religión, que entran en ella, que saben exactamente dónde están parados, que saben lo que tienen y lo que hacen, que conocen su credo tan bien que pueden dar cuenta de él, que saben tanto de la historia que pueden defenderlo’”, dijo.

7. Porque es un ejemplo de la predicación
“Fue un predicador superlativo que, a pesar de todos sus otros deberes y brillantez, nunca eludió la preparación de sus sermones y homilías. Debido a que estaba ardiendo de amor por las Escrituras y la fe, pudo encender a otros. Nunca esquivó temas controvertidos, pero también enfatizó cómo la fe era un regalo antes de ser una tarea. Sus sermones escritos continúan inspirando e inflamando a los predicadores y fieles de hoy”, comenta el P. Vélez.

8. Porque fue un modelo de ecumenismo
El sacerdote indica que el cardenal esperaba, a través “del Movimiento Oxford que catalizó, poder ayudar a lograr la unidad de la Iglesia”.

9. Porque es un excelente intercesor
“Ha demostrado ser un excelente intercesor, especialmente para los estadounidenses. El milagro de su beatificación le sucedió al diácono Jack Sullivan de Marshfield, Massachusetts, quien fue sanado de un trastorno de la médula espinal en 2001”.

“El milagro de su canonización ocurrió en Chicago, cuando Melissa Villalobos, embarazada de su quinto hijo pero con un coágulo de sangre en tanto la membrana fetal como un agujero en la placenta sangraban profusamente y corrían el riesgo no solo de perder a su hijo sino de morir. Después de rezarle al Beato Newman, la hemorragia se detuvo de inmediato, la habitación se llenó con el olor a rosas, y los médicos descubrieron que el hematoma subcoriónico y el orificio placentario habían desaparecido inexplicablemente”, relató.

Príncipe Carlos alaba al Cardenal Newman en diario del Vaticano
El Príncipe de Gales y heredero de la corona británica escribió un artículo en el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano (LOR) en el que alaba al Cardenal inglés John Henry Newman, en la víspera de su canonización.

El Príncipe Carlos, que llegó a Roma para asistir a la canonización de Newman y otras cuatro beatas este domingo, señaló que este acontecimiento es una ocasión de celebración para todos los británicos católicos y todos aquellos que “atesoran los valores por los que él fue inspirado”.

“Su fe fue realmente católica y en ella abrazó todos los aspectos de la vida. En ese mismo espíritu nosotros, seamos católicos o no, podemos en la tradición de la Iglesia cristiana a través de las épocas, abrazar la única perspectiva, la particular sabiduría y visión, traída a la experiencia universal por esta alma individual”, escribió el monarca.

“Sin importar nuestras propias creencias y nuestras propias tradiciones, solo podemos estar agradecidos por los dones de Newman, enraizados en su fe católica, que él compartió con una sociedad más amplia: su intensa y conmovedora autobiografía y su poesía profundamente sentida”, resaltó el Príncipe.

El Príncipe Carlos también destacó que “en la época en que vivió, Newman defendió la vida del espíritu contra la fuerzas que van contra la dignidad y el destino humanos. En la época en la que llega a la santidad, su ejemplo se necesita más que nunca: por la manera en la que pudo defender sin acusar, estar en desacuerdo sin irrespetar y; tal vez lo mejor de todo, pudo ver las diferencias como lugares de encuentro y no de exclusión”.

“En una época en la que la fe estaba siendo cuestionada como nunca, Newman, uno de los más grandes teólogos del siglo XIX, aplicó su intelecto a una de las preguntas más acuciantes de nuestra era: ¿Cuál debe ser la relación de la fe de una era secular escéptica? Su compromiso primero con la teología anglicana y luego, después de su conversión, con la teología católica, impresionó a sus oponentes con su valiente honestidad, su celoso rigor y su originalidad de pensamiento”.

El Príncipe de Gales también destacó que el Cardenal Newman “es una figura que defendió sus convicciones pese a las desventajas de pertenecer a una religión a cuyos adherentes se les negó la plena participación en la vida pública. A través de todo el proceso de la emancipación católica y la restauración de la jerarquía de la Iglesia Católica, él era el líder de su pueblo, su Iglesia y sus tiempos necesitaban”.

“Mientras destacamos la vida de este gran británico, este gran hombre de la Iglesia y, diciéndolo más breve, este gran santo, que es puente entre divisiones y tradiciones, es ciertamente correcto que demos gracias por la amistad que, pese a su partida, no solo se ha generado sino fortalecido”, continuó.

“A imagen de la armonía divina que Newman expresó tan elocuentemente, podemos ver cómo, al final, seguimos con sinceridad y coraje los distintos caminos a los que la conciencia nos llama, ya que todas nuestras divisiones pueden llevar a un mayor entendimiento y todos caminos pueden encontrar una casa común”, refirió el Príncipe.

Fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra, el Cardenal Newman fue uno de los conversos del anglicanismo más destacados para la Iglesia Católica en el siglo XIX y fue un reconocido predicador, teólogo, y autor de 40 libros y 21 mil cartas.

Nació en Londres en 1801. Fue creado cardenal en 1879 y tomó como lema “Cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón). Falleció en Edgbaston (Inglaterra), en 1890.

Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010 en Inglaterra.